HISTORIA

SU EPÓNIMO

Su epónimo tiene al parecer, varias versiones que van desde el susto que experimentaban los indígenas al saber de la presencia del Cacique Moro, quienes al ver su presencia expresaban su terror diciendo “Moro uy”, otras no muy inverosímil se dice que proviene del quéchua muru que significa viruela o pepa o la de la alteración del merejuy la que era una preparación agria para fermentar el maíz para la preparación de la chicha, usada en los festines religiosa. Sea cual sea su toponimia, lo cierto es que Moruy se deja escuchar a lo largo de la historia venezolana.





En lo Educativo y Cultural; se destaca Blanca Morón de Irausquín, quien vió por primera vez tierras moruyeras, probablemente en el fundo La Carmelera,  propiedad de Don Porfirio Morón, padre de “Maca” como así sería recordada esta maestra insigne o en el fundo Cacuro, un 27 de Septiembre de 1892, cumpleaños que la escuela no recuerda como efeméride obligatorio, muy a pesar del retrato de marco aburrido, que cuelga en la Dirección del Plantel. Ella fue la  primera maestra de la comunidad y de la cual el único liceo  allí existente, lleva su nombre. En sus pasillos, la escuela “Moruy”, nacida en el año de 1923 de manera oficial con el nombre de Escuela Rural N° 271, año donde se escribe una larga y fructífera trayectoria educativa para “Maca” como Maestra de ese pueblo y que para el año de 1967, sería identificada simplemente como Escuela Nacional Moruy. Ella cuenta una historia de amor, que permite su existencia en dicha locación, alusiva a otra dama dama La Maestra Irma Alvarado. Maca será recordada, entre otras cosas por la creación de un comedor popular en la misma comunidad.




El pre escolar, inserto en medio de la ruta de estas dos instituciones, irrumpe con la algarabía de los niños en el parque y las madres que vigilan, en su paso para ir a la plaza.

Bajo este manto de popularidad, la sencillez del pueblo, se expresa en la mansedumbre de su gente, quienes van dejando de lado, lo aguerrido de sus ancestros y negando sus propios rasgos indígenas. No obstante, se expresan a través de su artesanía, antes famosa por la fabricación de sillas moruyeras, elaboradas de cardón y tejidas, artesanalmente con carrúa, planta bromeliácea de la zona, a veces sustituída por la fibra del maíz o la henea o simplemente tapizada en cuero de chivo. Suelen ser exhibidas a lo largo de la vía que conduce a Yabuquiva-Punto Fijo  o en el taller cercano a la Escuela Moruy, que hoy en día, ya casi, han cerrado sus puerta, por pérdida en la tradición familiar y falta de artesanos en la comunidad. Estas sillas que invitan al remanso del caminante o del propio visitante, competían en calidad con las de La Vela. Al respecto, escribiría Isaac López(s/f) en el blog de Venaventours.com

"...La silla de cardón aguarda por el viajero, recostada en la entrada de la cocina o en el zaguán de ladrillos terracota. La silla de cardón sabe de espera, pero también de un pueblo que cuenta su historia de generación en generación, de un pueblo de contadores fieles a la vida y la tradición. Las sillas de cardón pueden venir de El Vínculo o Moruy, de Cuabana o Sicaname, de Charaima o Santa Ana. Siempre ofrecerán su estoica resistencia, su grato respaldo..." Ella reflejan historia, también mansedumbre y espera lacónica de su gente. www.venaventours.com/sillas-de-cardon

 
Pero también es Moruy famosa y popular, por sus mujeres muñequeras de trapo en donde surge Yudelia Delgado, Luz Revilla y Glenda Garcés. Artesanas moruyeras, dedicadas a la confección de sus muñecas de trapos, las cuales han viajado por toda la geografía falconiana, adornando algún estante, siendo parte de una colección o el juguete artesanal de las niñas del pueblo. Ellas llevan tradición en sus manos y exhaltan la manifestación de los Locos de Moruy, a través de esta trabajo de artesano que más que un trabajo es la razón de una vivencia que se recrea en las manos de estas artesanas, amantes de las fibras y la originalidad; de los colores y las formas.


 




Para ampliar información: www.facebook.com/cactus24noticias/

Jorge Gómez, artesano de Los LLanitos, es pintor de Locos, este año 2018, exhibió su colección de óleos cuya temática refleja el amor hacia los Locos de Moruy. Su obra "Cada Loco con su tema", refleja el amor hacia esta manifestación cultural patrimonial y vino a marcar la diferencia en comparación con otros años: la hermandad entre los artesanos que allí se dieron cita.www.mincultura.gob.ve/detalles.php











 A la par, su religiosidad se simboliza con su altiva iglesia de barro y mampostería, cuyas paredes están cubiertas de obra limpia, de una sola nave y suelo enladrillado, salvo la sacristía. Data inespecíficamente desde el siglo XVII, bajo la invocación de San Nicolás de Bari. Ha sufrido varias reconstrucciones, siendo la más antigua la de Don Juan Colina en el año de 1760. En la actualidad, el deterioro se deja ver desde que se entra al pueblo. Su otrora límpidas paredes de careto blanquecino recién colocado, luce hoy en día, un resquebrajado  maquillaje de pintura barata y pinceladas burdas, trazadas  por el artífice pintor, pagado con medio sueldo aunado al desgaste lacrimoso de la lluvia que la bendice




Las festividades a este santo patrono, se vuelve alegría y devoción por quienes profesan su fé cristiana y amor al Santo Patrono, todos los 6 de Diciembre, iniciando dichas fiestas cada 1° de Diciembre, donde los diversos colectivos escolares y comunitarios así como institucionales se unen a dicha celebración con actos culturales y brindis, al final del rosario y las letanias.


Las mujeres, integrantes de las cofradías eclesiásticas, organizan la festividad con tal religiosidad, para que el Santo Patrono, les conceda los favores que en silencio y cada noche, van pidiendo sus habitantes. Los grupos culturales, hacen su presentación, al finalizar los rezos, allí frente a la Iglesia y la plaza Bolívar, entre medias luces ofrecidas por las pocas lámparas de alumbrado público que adornan la plaza. La gente se sienta en algunos bancos, otros observan de pié. Al finalizar, cada quien recorre el camino hacia su casa, con algún comentario final de la festividad o dejando colar, alguna novedad acontecida. Pero, aunque parezca insólito, ninguna representación de los Locos, pareciera importar tal efeméride.




Estas festividades dan paso, a las fiestas decembrinas y con ella, la venida de los Locos de Moruy, cada 28 de Diciembre¸ excusa innegable para celebrar, beber y recordar épocas de libertinaje, condenadas por el obispo Martí, para la época colonial, un tanto ya olvidada, según el autor de Aquella Paraguaná, Alí Brett Martínez, en el año de 1971



La dulcería criolla, elaborada de forma artesanal va también dando paso a la industrialización, dado los altos costos de los insumos y al modernismo que avanza. No por ello, la Casa del Artesano: Tío Martín de la Chica,abre sus puertas para impregnar el aire con el aroma de las paledonias, las conservas de coco y el dulce de leche













Moruy, políticamente,  es un pueblo organizado en Consejos Comunales. Su Comuna posee el epónimo de su ancestro indígena “Indio Moro”, cuyos datos de vida, se pierden en el relato oral de sus habitantes al igual que el origen de la celebración de los Locos de Moruy, debido a la nula voluntad y negligencia de la Fundación Social y Cultural Locos de Moruy, existente para tal fin.También ellos son arropados por la desidia y el abandono ante la vigencia de un patrimonio cultural mitificado por sus habitantes, que se niega a perderse en el olvido. Han dejado que los intereses de la política se inmiscuya en procesos de identidad y tenencia. Para este año, el escenario para su celebración, pareciera ser "dubitativo", sin embargo, personas de la misma comunidad, preocupados en no dejar caer en el olvido a este patrimonio cultural, han decidido, cumplir con los deseos del pueblo moruyero.


 


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